Autores: González Rivera Aurora, Chico Aldama Patricia, Domínguez Viveros Wendy, Iracheta Gerez María de la Luz, López Alquicira Maribel, Cuellar Ramírez Alfredo, Zamora Verónica
Su simbolismo Es difícil decir hasta qué grado el relato de la Biblia sobre el pecado original ha influido sobre nuestra actitud hacia la serpiente: “Entonces dijo el señor a la serpiente: maldita seas entre todos los animales, polvo comerás y sobre tu vientre irás por el resto de tu vida”. Lo que se puede decir es que a lo largo de la historia, ésta ha sido un ente lleno de misterio y magia. Gran parte de las culturas de la antigüedad consideraban a la serpiente como una divinidad, por lo que le brindaban culto, como el que los habitantes de Creta le rendían a la diosa serpiente en el palacio de Cnosos (1600 a.d.c.). Inspirados en los egipcios, quienes adoraban a la Diosa Hator por sus propiedades curativas y la representaban con una serpiente; o a la diosa Waget, que podía transformarse en serpiente. La presencia del reptil en la mitología egipcia ha formado parte de su cultura como símbolo de sabiduría, inmortalidad, fortaleza y protección. De ahí que los faraones portaban en la frente la representación de la cobra real o Ureus, la cual escupe fuego y veneno ante una amenaza; o el tocado de Cleopatra que tenía en la frente dos serpientes áspid.
2009-12-01 | 1,237 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 30 Núm.3. Mayo-Junio 2009 Pags. 182-191 Acta Pediatr Méx 2009; 30(3)