Autor: Jiménez Arias María Elena
Cuando en 1978 se reunió por primera vez en Vancouver, Canadá, un grupo de editores ingleses y norteamericanos para establecer los requisitos uniformes que debían reunir los trabajos a publicar en sus correspondientes revistas biomédicas, de ese encuentro se derivó solicitar a la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos que elaborara para ellos los lineamientos técnicos para consignar las referencias bibliográficas en los artículos científicos, y esta conocida institución, que se basó en la American National Standard for Bibliographical References para satisfacer ese pedido, normó –entre otros muchos aspectos- que al citar un estudio realizado por más de 6 autores no era preciso mencionarlos a todos. Al respecto, todavía para 1991 las normas de Vancouver o NORVAN, como también se les denomina, regulaban anotar los apellidos e iniciales de los nombres de los 3 primeros, seguidos de et al como sustitución de los restantes; sin embargo, cuando Cuba se acogió en 1992 a ese nuevo estilo de reflejar las referencias bibliográficas en la lista final de los trabajos, ya se había introducido la variante de plasmar hasta 6 cuando el número de participantes rebasaba esa cifra, y a continuación las partículas et al, separadas mediante una coma del sexto.
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2003-01-16 | 1,428 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 4 Núm.3. Julio-Septiembre 2000 Pags. 67-68. Medisan 2000; 4(3)