Autor: Carballo Junco José Antonio
Considerado por unos como violento, macabro y desesperado, por otros como un loco, enfermo y drogado, Francis Bacon fue un optimista en la futilidad, en búsqueda constante de la confrontación consigo mismo, siguiendo lo que dijo Baudelaire en algún lado: “Si el arte no choca, no tiene interés...” Pintor británico de origen irlandés, de personalísimo estilo expresionista, basado en un simbolismo de terror y rabia, fue sin duda uno de los artistas más originales del siglo XX. Nació en Dublín, de padres ingleses, el 28 de octubre de 1909, y fue diagnosticado como asmático a los dos meses de vida, por lo que, a lo largo de su infancia, cuando sufría de estos fuertes ataques le administraban morfina. Cuando empezó a pintar, rechazó de inmediato la idea de ser un arista abstracto porque por ese entonces el arte abstracto aún no había ocupado el mundo, como ahora. No había tanta influencia americana sobre el arte, en ese momento y consideraba que “puede ser muy bonita la pintura abstracta... Pero nunca es verdad, no toca nada, y simplemente es sólo decoración... No puede resultar nada más que decoración. En todo el arte hay un lado abstracto, pero no es el caso. Si miras un Poussin, hay todo un lado abstracto en él, pero no me refiero a esto. Hablo de cuando se quiere eliminar la apariencia, porque se trabaja sobre nada en el arte abstracto. Simplemente trabajan el color... Me molesta mirarlos... Más que molestarme, me aburren...”
2009-12-08 | 1,460 visitas | 1 valoraciones
Vol. 6 Núm.64. Noviembre 2009 Pags. 16-17 Odont Moder 2009; 6(64)