Autor: Iglesias Benavides José Luis
La palabra “onanismo” proviene de un error en la percepción del pecado de codicia de Onán, el cual fue tomado como pecado carnal. En la antigüedad, el placer fue visto como un signo de salud física y moral hasta que la medicina griega consideró que el placer sexual debía ser controlado, ya que la pérdida excesiva de semen producía enfermedades y debilidad. Platón añade el concepto espiritual, y concluye que el placer sexual puede afectar tanto al cuerpo como al alma. En el Cristianismo, la restricción sexual aparece hasta el Nuevo Testamento y es evidente la influencia estoica, gnóstica y maniquea de los primeros padres. El pecado original se convierte en la fuente de todo mal, incluso del pecado carnal y la confesión la forma de controlar los excesos sexuales. En 1710 aparece “Onania,” un panfleto escrito por un charlatán, que advierte de las graves enfermedades causadas por la masturbación. Tissot un importante médico suizo, dio el valor científico al onanismo, y lo convirtió en una preocupación para médicos y clérigos. Las teorías que explicaban el daño causado por la masturbación eran: la pérdida de semen vital y reacción nerviosa excesiva. Los médicos atribuyeron a este abuso infinidad de enfermedades tanto físicas como mentales e inventaron manejos que iban desde la restricción de movimientos, hasta dolorosos instrumentos y cirugías que podían culminar con la castración. El onanismo fue un pecado que se convirtió en enfermedad, usado por los médicos para ocultar su incapacidad e impotencia.
2009-12-09 | 8,670 visitas | 1 valoraciones
Vol. 11 Núm.42. Enero-Marzo 2009 Pags. 74-83 Med Univer 2009; 11(42)