En la revisión de abril de 2009, la OMS estableció seis categorías en los niveles de preparación para la pandemia, la más elevada corresponde a la fase 6. Es conveniente comparar las dos fases más altas: en la fase 5 existe propagación del virus de persona a persona y brotes epidémicos comunitarios al menos en dos países de una región de la OMS, esto ocurrió en el Continente Americano desde abril. En la fase 6, además de los criterios que definen la fase 5, hay brotes comunitarios en al menos un tercer país de una región distinta; este criterio se cumplió por lo menos desde el mes de mayo, pues aumenta diariamente el número de casos y de países afectados en Asia, Europa y Oceanía; sin embargo, los responsables del programa de influenza de la OMS y la dirigencia de la misma no declararon el cambio a fase 6 sino hasta el 11 de junio de 2009, a pesar de cuestionamientos múltiples al respecto. Las razones aducidas para este compás de espera tienen fundamento: las seis fases de alerta se estructuraron tomando en cuenta la aparición de un virus pandémico de origen reciente en alguna especie animal y considerando la experiencia de los últimos seis años con el virus aviar A H5N1; además, la virulencia del virus A H1N1 de 2009 es baja, pues la letalidad es bastante menor de 1%; si bien las primeras semanas de abril dieron lugar a un temor generalizado porque en México se registró un número excesivo de casos confirmados de enfermedad respiratoria aguda grave y de muertes por neumonía.
2009-12-09 | 1,119 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 11 Núm.43. Abril-Junio 2009 Pags. 87-88 Med Univer 2009; 11(43)