Autor: Solórzano Santos Fortino
Las infecciones nosocomiales son una preocupación constante para todo el personal que trabaja en los hospitales y representan un motivo para generar continuamente acciones dirigidas a controlar su aparición, mantener sistemas de detección oportuna y, cuando se han identificado los factores de riesgo, hacer lo posible por evitarlos. Muchos microorganismos que se asocian con infecciones intrahospitalarias en general corresponden a gérmenes oportunistas. Un ejemplo de esta condición se presenta en este número de la revista en el artículo “Burkhodelia cepacia. Nuevo patógeno de infecciones nosocomiales”. En realidad, Burkhodelia cepacia comprende un complejo de bacterias patógenas oportunistas que se pueden recuperar de diversas áreas ambientales. Son bacterias aeróbicas quimioorganotropas que sobreviven en forma óptima en temperaturas semejantes a la del cuerpo humano. El complejo Burkholderia está integrado por nueve especies genómicas: B. cepacia genomovar I (cepacia), B. cepacia genomovar II (multivorans), B. cepacia genomovar III (cenocepacia), B. cepacia genomovar IV (stabilis), B. cepacia genomovar V (vietnamiensis), B. cepacia genomovar VI (dolosa) B. cepacia genomovar VII (ambifaria), B. cepacia genomovar VIII (anthina) y B. cepacia genomovar IX (pyrrocinia). La mayoría de las infecciones por este complejo bacteriano son las pulmonares, tanto en pacientes oncológicos como en aquéllos con patología pulmonar intrínseca, como la fibrosis quística. La infección bacteriana causa pérdida de la función pulmonar, resultado de la necrosis pulmonar y la neumonía, la mayoría de los casos termina con una infección diseminada con francos datos de sepsis. Lo anterior condiciona que la letalidad en este grupo de pacientes sea muy elevada.
2009-12-14 | 917 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 28 Núm.1. Enero-Marzo 2008 Pags. 5 Enf Inf Microbiol 2008; 28(1)