Autor: Malone Michael
Una vez atravesada la barrera amelo-dentinaria, se accede a la dentina, una estructura semejante y hasta cierto punto continuidad del tejido conectivo pulpar, con el que integra el complejo dentino-pulpar. Esta nomenclatura está justificada ya que de manera embriológica ambos tejidos son de origen mesenquimatoso, en forma anatómica el odontoblasto se prolonga en el interior de los túbulos dentinarios a través de la prolongación intradentinaria y fisiológicamente porque la pulpa elabora y calcifica la dentina, siendo al mismo tiempo la responsable de la sensibilidad dentinaria y de los cambios metabólicos que suceden en ella. Si bien existe una sensibilidad dentaria normal, cada vez que actúan noxas patógenas físicas, químicas o microbianas tales como el calor, la presión, los ácidos, las toxinas, así como elementos bacterianos sobre los túmulos dentinarios, se produce por mecanismo hidrostático la aspiración o vacuolización de los odontoblastos, los cuales según la gravedad de la lesión pueden ser de menor o mayor trascendencia generando la hipersensibilidad. Es posible que una agresión leve produzca un aumento de permeabilidad de los túbulos seccionados, mientras que si la agresión es severa, los núcleos de los odontoblastos se vacuolizan y se pueden localizar en el interior de los túbulos, condicionando la atrofia de la capa odontoblástica. Todos estos elementos agresores son capaces de actuar también durante períodos variables de tiempo lo cual hará variar al efecto lesivo. Por tanto, el tipo de preparación realizada en el tejido dentinario, técnica operatoria, profundidad y material utilizado como base cavitaria y para restauración final pueden, y de hecho influyen de forma directa en el resultado obtenido y en los objetivos prefijados. Éstos serán no sólo devolver la forma, función y estética correctas al diente tratado sino también darle protección para evitar lesiones irreversibles o alteraciones que den lugar a síntomas más o menos molestos para el paciente, aunque sea de forma reversible.
2009-12-17 | 963 visitas | 1 valoraciones
Vol. 6 Núm.61. Agosto 2009 Pags. 1 Odont Moder 2009; 6(61)