Autor: Alvarez Marcos J.
Introducción Se presentan grandes desafíos en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca crónica (ICC), un síndrome que presenta una incidencia en sostenido aumento: es la primera causa de internación en Estados Unidos en pacientes mayores de 65 años, con 660.000 casos diagnosticados al año. Algunos de estos desafíos son mejorar la calidad de vida, disminuir la progresión de la enfermedad y aumentar la sobrevida, para ello contamos con recursos como: medidas higiénico-dietéticas, rehabilitación, farmacoterapia, dispositivos como desfibriladores y resincronizadores, hasta el trasplante cardíaco. Un pilar fundamental en todo este arsenal terapéutico son los fármacos y dentro de este grupo, uno de los primeros con los que se logró mejorar la sobrevida fueron los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA). Los registros OPTIMIZE HF1 de pacientes internados e IMPROVE HF2 de pacientes ambulatorios (con más de 40.000 pacientes reclutados cada uno), diseñados para evaluar la adherencia del médico a las guías clínicas de medicina basada en la evidencia, mostraron que sólo el 27% de los pacientes contaban con tratamiento médico óptimo. Al realizar el análisis de cada droga por separado, aproximadamente el 80% de los pacientes elegibles recibía tratamiento con IECA/ARA (antagonistas de los receptores de la angiotensina). Según estos registros, los IECA/ARA tienen buena adherencia a ser prescriptos; sin embargo, hay un 20% de pacientes elegibles que no los recibe, a pesar de ser los fármacos con la mayor experiencia y estudios clínicos avalados para su uso en la ICC.
2009-12-21 | 864 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 4 Núm.4. Octubre-Diciembre 2009 Pags. 152-156 Rev Insuf Cardíaca 2009; IV(4)