Resumen

Antecedentes: Existen anticuerpos, también llamados marcadores serológicos, que se asocian con formas específicas, comportamiento y fenotipo de enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Objetivo: Resumir y analizar evidencia sobre la utilidad de marcadores serológicos en EII, haciendo énfasis en utilidad clínica y comportamiento entre poblaciones. Material y métodos: Los artículos relevantes fueron recuperados a través de búsqueda electrónica en PubMed (desde Enero 1979 hasta Diciembre 2008). Resultados: Los anticuerpos anti-Saccharomyces cerevisiae (ASCA) y los anticitoplasma del neu-trófilo de patrón perinuclear (p-ANCA) son los marcadores serológicos más estudiados. Se sabe que combinando el resultado de ambos anticuerpos se logra una mejor distinción entre la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerativa (CU) que cuando se analizan aisladamente. El fenotipo ASCA+/pANCA- es característico de EC, mientras el ASCA-/pANCA+ de CU. El interés en el patrón atípico de ANCA está aumentando, ya que podría ser una herramienta útil para distinguir entre las formas de EII. Los marcadores derivados de diversas especies microbianas y de polisacáridos fueron recientemente descubiertos y son de interés al ofrecer nuevas formas de estratificar a pacientes con EII. Estos marcadores serológicos pueden actuar como indicadores pronósticos de gravedad y comportamiento de EII, pero se requieren más estudios para determinar su completa utilidad. Conclusiones: Está surgiendo evidencia que, combinando marcadores serológicos se incrementa la certeza diagnóstica para formas específicas de EII, pero aún no se dispone de una prueba perfecta y éstas tienen limitaciones. Se debe estar alerta de nuevos marcadores que se descubran, interpretarlos con cautela y siempre correlacionarlos con el cuadro clínico.

Palabras clave: Anticuerpos pruebas serológicas enfermedad inflamatoria intestinal colitis ulcerativa enfermedad de Crohn Guatemala.

2010-01-18   |   3,365 visitas   |   1 valoraciones

Vol. 74 Núm.3. Julio-Septiembre 2009 Pags. 230-237. Rev Gastroenterol Mex 2009; 74(3)