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Fragmento

Este tipo de tumores supone un desafío neuroquirúrgico, debido a las estructuras neurológicas y vasculares implicadas en su zona de crecimiento. Los autores recogen su experiencia a lo largo de 24 años. Los síntomas iniciales se correspondían con déficit del nervio vago, de VIII par y del glosofaríngeo. Los clasifican en tres grupos: A) Totalmente intracraneales, que pueden operarse por vía retrosigmoidea. B) En reloj de arena, con un componente extradural o intrapetroso, que debe intervenirse con un abordaje lateral extremo y el grupo C, que agrupa a los tumores que se extienden en sentido caudal, por el golfo de la yugular. Pese al buen conocimiento de la anatomía de la región, el riesgo de morbilidad es notable, aunque en sus pacientes fue un déficit transitorio en la mayoría de los casos.

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2010-01-22   |   471 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 20 Núm.2. Marzo-Abril 2009 Pags. 182-204 Neurocirugía 2009; 20(2)