Homenaje a la Luna

Autor: Giovanetty Villegas Luis Carlos

Fragmento

El tiempo diluye lentamente los rayos del sol, mientras el día tiñe de negro sus vestiduras para disfrazarse en noche. Entonces en la lontananza se asoma una imponente dama blanca, semejante a las perlas que engalanan las profundidades del océano. Es la luna hermosa y abrumadora, vigía de nuestro suelo que ha paso firme y tranquilo hipnotiza la oscuridad con su tenue resplandor. Diosa nocturna, hermana del sol y los planetas, que transformas tu figura hasta casi desaparecer en las tinieblas; tal es la magnitud de tu belleza, que cada noche del tiempo, el indomable Poseidón en acto apasionado, ordena a sus mares y océanos llegar a ti y acariciarte. Sobre tierras lejanas, valles, selvas y montañas se esparcen los claros de tu magia luminosa; así pues, te conviertes en guía de feroces cazadores de la noche y en la fiel compañera de las almas que durante la oscuridad de la vida se desprenden de los cuerpos mortales. Esfera celeste que desde tiempos inmemorables arrullas los sueños del ser humano; eres madre de los viñeros y cosechas. En honor a ti la mano creadora del hombre, imponentes monumentos ha edificado, y canciones y elegías se esparcen en el viento buscando alcanzar tu inocencia. El hombre curioso e insaciable, inconforme con tu compañía lejana, en hazaña mitológica y con valor y esfuerzo infinito tripuló un proyectil espacial para encontrarse con la amante de sus noches y plantar en su suelo virgen de vida sus huellas terrenales.

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2010-02-05   |   1,827 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 22 Núm.3. Septiembre-Diciembre 2009 Pags. 214 Médicas UIS 2009; 22(3)