Parte de los trastornos afectivos, y producida por una alteración a nivel bioquímico en el cerebro, la depresión es una enfermedad la cual podría afectar a cerca de 40% de la población en nuestro país. Al deprimirse, la persona presenta un cuadro de signos y síntomas caracterizado por la aparición de alteraciones en el sueño (aumento del mismo o insomnio), disminución o aumento de apetito, tristeza, llanto fácil, irritabilidad, desgano, falta de voluntad para hacer cosas, desesperanza, sentimientos de culpa, baja autoestima e ideas de minusvalía; además mengua su funcionamiento laboral, social y familiar, lo cual va produciendo que se aísle de manera paulatina. El grado de afectación que alcanza depende de dichos factores, por tanto, se la clasifica en tres tipos: Depresión leve. Se manifiesta luego de que la persona presenta alrededor de dos semanas de baja en el rendimiento diario, desinterés en las actividades que realiza, así como tristeza, sentimientos de culpa y minusvalía. No obstante, en esta etapa aún se muestra funcional a nivel laboral, social o familiar. Depresión moderada. En este grado empieza a dejar de funcionar tanto en el ámbito familiar, laboral como social. Presenta periodos prolongados de tristeza, llanto fácil, inactividad, aislamiento, alteraciones de sueño, sentimientos de culpa, desesperanza, cambios en el estado de ánimo, y se vuelve irritable e impulsiva.
2010-02-18 | 618 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 33 Núm.386. Enero 2010 Pags. 1 y 4 Prescripción Médica 2010; 33(386)