Autor: Rocha Julio
Las Pseudomonas son una extensa familia de bacterias capaces de causar infección en los seres humanos y ser contaminantes frecuentes de lesiones, que van desde escoriaciones hasta quemaduras de distintos grados; cuando queda intervenida la dermis y se forman costras, suelen aparecer debajo determinando especial gravedad. Entre ellas destaca el tipo aeuginosa, ya que es la más común en distintas patologías, que van desde un absceso piógeno dermatológico hasta cuadros muy serios como son meningoencefalitis bacteriana, neumonía e infecciones hospitalarias. Los abscesos inciden partiendo del folículo piloso y causan molestias como: rápido crecimiento con dolor en el sitio, con reacción ganglionar e inflamación en áreas vecinas; formación de un punto de erupción si la cirugía no interviene antes; si ésta no llega, se mantiene varios días la emisión de pus, hasta su total expulsión; en estos casos, los antibióticos no funcionan debido a que el organismo le forma el absceso, desde su inicio, como defensa para evitar una posible septicemia, una cápsula fibrosa que lo aísla del medio interno y por consiguiente de los líquidos orgánicos. La meningoencefalitis es un padecimiento del sistema nervioso central y de las meninges, con la presencia de síntomas y signos inherentes al severo ataque de las estructuras por la P. aeruginosa. Al inicio, muchas células inflamatorias invaden las meninges sin gran alteración del cerebro o las superficies ependimarias subyacentes. Microscópicamente, hay hiperemia y diminutas hemorragias en la aracnoides y piamadre. A medida que el tiempo trascurre, se observa que en la superficie del encéfalo aparecen natas de pus y en la corteza cerebral y en las subpiales hay proliferación de la microglia, con destrucción de las células ependimarias, gran infiltración de polimorfonucleares, con fibrina y edema. Avanzado el caso, el exudado purulento de la base puede ocasionar lesión a los pares craneales y obstrucción de los agujeros del drenaje del líquido cefalorraquídeo produciendo hidrocefalia e hipertensión endocraneana o alteración de ventrículos, lo cual da lugar a inflamación de éstos y ya en fase terminal, puede encontrarse necrosis moderada o grave del tejido cerebral, vasculitis, hemorragias, trombosis de senos venosos o abscesos.
2010-02-18 | 2,084 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 33 Núm.386. Enero 2010 Pags. 9 Prescripción Médica 2010; 33(386)