Autor: Alonso Aliaga Ramiro
La agresión bacterial en órganos del tracto urinario es generadora de infección de las vías urinarias (IVU), y uno de los microorganismos más frecuentes es la Escherichia coli, responsable de 90% de los casos de contaminación de la micción; otros gérmenes son: Klebsiella, Proteus, Enterobacter, Pseudomona, Staphylococcus saprophyticus, Mirabilis y Candida albicans. Este tipo de infecciones se encuentran entre las diez principales causas de consulta médica, y en edad pediátrica suelen afectar de forma significativa a los bebés. De acuerdo con estadísticas oficiales, al menos ocho por ciento de las niñas y dos por ciento de los niños padecerán una afección de esta índole, siendo más frecuente en los varones durante el primer año de vida. En el caso del neonato la vía de infección es hematógena, debido al proceso de sepsis. En etapa preescolar, el mayor número de casos se presenta en niñas de entre tres y seis años de edad, debido a la propia anatomía de sus genitales, ya que la infección es ascendente. Los varones son menos propensos, por el largo de la uretra peneana, pero su proceso infeccioso se relaciona principalmente con diseminación hematógena. En 80% de los casos este problema no presenta síntomas hasta que llega a provocar daño renal importante, como: cicatrices permanentes en el riñón, obstrucción de vías urinarias, fibrosis y abscesos. Por ser en ocasiones un padecimiento asintomático, se debe tener especial atención en los pequeños, pues es más difícil detectarlo, debido a que ellos no pueden expresar con claridad lo que sienten; por lo tanto, el diagnóstico médico es fundamental para prevenir el deterioro de la función de los riñones y evitarles complicaciones que puedan llevarlos a un estado de gravedad, e incluso hasta la muerte.
2010-02-18 | 952 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 33 Núm.386. Enero 2010 Pags. 10-11 Prescripción Médica 2010; 33(386)