Autor: Quintana Marín Leonidas
Las primeras descripciones de la morfología craneal fueron reportadas por Heródoto de Halicarnaso (484-425 A.C.) (Caria-Anatolia), quien describió diferencias en el grosor del cráneo entre los egipcios y los persas. Heródoto, por una parte, creía que las situaciones ambientales eran la causa de la diferencia en el grosor craneal, y por otra parte planteaba quizás una de las primeras hipótesis clínica neuroquirúrgica de la historia, demostrando así su gran creatividad. En el tratado Hipocrático, Sobre las Heridas de la Cabeza (Hipócrates o uno de sus alumnos) describió detalladamente la variación significativa en el grosor de la bóveda y en la morfología de las suturas craneales. Hipócrates, en su obra “Aires, aguas y lugares”, señala que cerca de Palus Mocotide, habitaba un pueblo que tenía la original costumbre de comprimir a los niños la cabeza hasta darle una forma alargada. Esta clase de operaciones o procedimientos plásticos también tuvieron un gran desarrollo en culturas pre-incaicas norte andinas, como la cultura Paracas (400 A.C.-100 D.C.). Siguiendo en la Antiguedad, Galeno de Pérgamo (130-200), y después Andreas Vesalio (1514-1564) reconocieron las diferencias en la morfología del cráneo humano y las suturas craneales. Y, asociaron ciertas características del cráneo con entidades clínico-patológicas (en la actualidad reconocidas como hidrocefalia o craneosinostosis). Sobre las Heridas de la Cabeza, es el primer texto científico que intenta presentar el manejo de las lesiones de la cabeza en una forma completa y sistemática. Los primeros dos capítulos del texto, enfatizan la importancia del conocimiento de la anatomía humana (específicamente del cráneo) para comprender las lesiones craneales.
2010-02-18 | 1,878 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 32 Núm.2. Diciembre 2009 Pags. 5-6 Rev Chile Neuroc 2009; 32(2)