Super-ICSI: ¿es útil o no?

Autor: Borges Cabral Júnior Járys

Fragmento

La micromanipulación de los gametos surgió como una poderosa herramienta terapéutica para la pareja infértil. La técnica de la inyección intracitoplasmática del espermatozoide (ICSI por sus siglas en inglés) revolucionó el tratamiento del factor masculino severo en la infertilidad conyugal. Hombres hasta ese momento etiquetados como estériles, pasaron a tener la oportunidad de la paternidad. En esta técnica, que suplanta una de las barreras naturales de la fertilización, que es la zona pelúcida del óvulo, un espermatozoide previamente seleccionado es inyectado directamente en el citoplasma del ovocito, permitiendo la fertilización y la obtención del embarazo utilizando gametos masculinos obtenidos ya sea por procesamiento del semen eyaculado o por técnicas de punción del testículo o el epidídimo. A demás de los casos de factor masculino severo (oligospermia y/o astenosospermia severas), la ICSI paso a ser utilizada también en los casos de fallas previas en los ciclos de fertilización (FIV). Algunos autores sugieren inclusive su plicación en pacientes con morfología espermática alterada (Neves 2002). Desde su desarrollo en 1992, la ICSI fue revelada como la técnica más eficiente del tratamiento de la infertilidad masculina. El análisis de la morfología espermática permite definir espermatozoides normales, pero la relación entre la morfología espermática y la fertilidad aun no está establecida. Aunque en numerosos estudios no se haya reportado relación alguna entre la morfología espermática anormal y los resultados de la ICSI, la tasa de éxito de la ICSI parece ser dependiente de los aspectos morfológicos del espermatozoide inyectado. El examen detallado de la morfología de los organelos de los espermatozoides móviles, con una poderosa magnificación óptica (de 6600X a 12500X) surgió como un método nuevo que permite seleccionar lo mejor espermatozoide antes de la inyección en el ovocito. Desarrollado por Bartoov en el 2002, fue denominado IMSI (intracytoplasmic morphologically selected sperm injection), en lo que en nuestro medio conocemos como súper ICSI. La aplicación de este nuevo método demostró que la integridad morfológica del núcleo espermático humano es un importante parámetro asociado con la tasa de embarazo en la ICSI. A partir de entonces, la presencia de vacuolas en la cabeza de los espermatozoides fue establecida como un factor predictivo de la calidad espermática. Estas vacuolas parecen estar relacionadas al daño en el DNA espermático (fragmentación o desnaturación) y afectarían el desarrollo embrionario. Nuevas clasificaciones de la morfología espermática fueron surgiendo tales como el MSOME (motile sperm organelle morphology examination), con el objetivo de estandarizar estas observaciones y ser utilizadas de rutina en un futuro próximo, y que eventualmente sustituirán el espermograma convencional (Junca et al. 2009).

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2010-02-23   |   1,259 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 6 Núm.1. Enero-Abril 2010 Pags. 3-5 AHE 2010; 6(1)