Autor: Gamarra Durana Alfonso
Miembro de Número de la Academia Boliviana de la Lengua Una vez al año dejan de ser los días de siempre recargados de las penas. No se sabe cómo estalla en los cerros una estrella. La música entonces corre por casas y las aceras, indica que el Carnaval con bombos y tarckas llega. Hombres disfrazados de osos hocicos de osos que ordenan sacudir el esqueleto, de un lado al otro cabezas que se inclinen, que se muevan, que la piel se haga infernal. Los rostros llevan caretas gusanos en orificios salpicando las excretas y todo junto batiendo; las sierpes y las culebras desnivelan con sus hipos y agitan las cornamentas.
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2010-02-24 | 2,350 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 75 Núm.134. Julio-Diciembre 2009 Pags. . Rev Inst Med Su 2009; LXXV(134)