Introducción El tromboembolismo venoso (TEV) es un trastorno común en la población general; en México se presentan cada año 150,000 a 200,000 casos nuevos. En un informe de 1,685 necropsias se encontraron 252 casos de enfermedad tromboembólica pulmonar (15%), con mayor frecuencia entre el grupo etario de 60 a 80 años. Es evidente que en este país existe un subregistro de esta anomalía. En países como Estados Unidos, la incidencia es mayor de 2 millones de casos por año (145/100,000) y se vincula con una mortalidad anual de 100,000 casos. La incidencia de trombosis venosa profunda varía con la edad; se informa 1 caso/10,000 adultos jóvenes contra 1 caso/100 adultos mayores. Se ha calculado una incidencia aproximada de TEV en la población con cáncer de 1/200. Son numerosos los factores que predisponen a un episodio trombótico, incluidos los periodos prolongados de inmovilización (25% de los casos), antecedente de tromboembolismo venoso (19%), neoplasia maligna (17%), práctica de un procedimiento quirúrgico o padecimiento de un traumatismo en los últimos tres meses (13%), así como el empleo de anticonceptivos orales (4%). Desde la descripción de Trousseau en 1865, cuando informó la participación del TEV como complicación de un proceso maligno, ha surgido suficiente evidencia que confirma esta relación de episodios biológicos, además del hecho de que los sujetos con cáncer tienen mayor número de sucesos recurrentes de trombosis y una menor supervivencia cuando se los compara con pacientes sin neoplasias malignas.
2010-03-09 | 686 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 8 Núm.4. Diciembre 2009 Pags. 3-6 Gamo 2009; 8(Supl. 4)