Autor: Molano Luque Mónica
El ser humano está expuesto a una gran cantidad de agentes patógenos a lo largo de su vida, y el sistema inmune es el encargado de protegerlo. Para esto, se divide en dos ramas funcionales: la inmunidad innata, que actúa como la primera línea de defensa contra los agentes infecciosos, la mayoría de los cuales son controlados antes de que se produzca una infección franca, y el sistema inmune adaptativo, que entra en acción cuando las primeras defensas son superadas y da lugar a una reacción específica contra el agente infeccioso. Esto normalmente permite erradicar dicho agente infeccioso, con la ventaja de que se genera una memoria inmunológica que permitirá en el futuro reconocerlo y evitar que se produzca la enfermedad. Aunque más del 85% de las infecciones producidas por el virus del papiloma humano (VPH) se van a eliminar a lo largo del tiempo (la duración media de la infección para los virus de alto riesgo es de 8 a 12 meses), algunas de estas infecciones no son eliminadas, lo que puede llevar a establecer una infección persistente, con un mayor riesgo de desarrollar lesiones escamosas intraepiteliales de alto grado y cáncer. El aumento de la incidencia y la progresión de las infecciones por VPH en individuos inmunosuprimidos demuestra la gran importancia de la respuesta inmune mediada por células en la resolución y el control de las infecciones por VPH. Mujeres infectadas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) muestran múltiples recurrencias de neoplasia intraepitelial cervical, aumento en la incidencia de verrugas genitales, mayor persistencia de las infecciones por VPH y mayor incidencia de lesiones intraepiteliales cervicales de alto grado, cuando se comparan con mujeres sin la infección.
2010-03-17 | 1,269 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 13 Núm.2. Abril-Junio 2009 Pags. 67-68 Rev Col Cancerol 2009; 13(2)