Autor: Laporte Joan Ramon
Quizá todavía haya profesionales que, cuando oyen hablar de efectos adversos de medicamentos, piensen en erupciones cutáneas, discrasias hemáticas, shock anafiláctico o incluso malformaciones congénitas. Los citados son efectos adversos reales, pero relativamente raros. Además, son inesperados, no relacionados con la acción farmacológica, imprevisibles e independientes de la dosis. Son como una lotería terapéutica, que dependería de «la suerte». No obstante, cuando se examina la patología farmacológica que da lugar a atención médica, el panorama es muy diferente. Lo que predomina, por ejemplo en servicios hospitalarios de urgencias, son efectos adversos relacionados con la acción farmacológica de los medicamentos implicados: hemorragias graves por anticoagulantes y antiagregantes plaquetarios, insuficiencia renal e hiperpotasemia por inhibidores del eje renina-angiotensina, hiponatremia, caídas y fracturas por antidepresivos ISRS, intoxicación digitálica... Se trata de patologías relativamente frecuentes, esperables, relacionadas con la dosis y favorecidas por la comorbididad del paciente, en gran parte evitables si la dosis del fármaco hubiera sido cuidadosamente individualizada, si el paciente hubiera seguido mejor las instrucciones (en caso de que las comprendiera bien) o si el seguimiento clínico hubiera sido más cuidadoso.
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2010-03-23 | 744 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 40 Núm.3. Julio-Septiembre 2009 Pags. 248-249. Colomb Med 2009; 40(3)