Autor: Osío Uribe Óscar
En septiembre de 2009 se publicarán en la revista Hypertension los resultados del estudio Whitehall II. Este estudio británico validó el modelo predictivo para el desarrollo de hipertensión obtenido en el estudio Framingham, y prevemos que muchos clínicos tendrán dificultades para interpretarlo. Un grupo de investigadores dirigido por el profesor Mija Kivimäki* evaluó a 6.704 ciudadanos británicos entre 35 y 68 años (inicialmente normoglicémicos sin hipertensión ni enfermedad arterial coronaria) y chequeó la eficiencia del modelo pronóstico para la hipertensión incidente que había sido desarrollado varios años antes con el análisis de la progenie Framingham. Después de cuatro mediciones, con intervalos de cinco años, los investigadores escribieron el resumen derivado de esta investigación: “Tanto la discriminación (C estadística: 0,80) y la calibración (Hosmer-Lemeshow X2: 11,5) del puntaje de Framingham para el riesgo de hipertensión fueron buenos. La concordancia entre las incidencias predicha y observada de hipertensión fue excelente a través de la distribución del puntaje de riesgo. La proporción global predicha:observada fue 1,08, ligeramente mejor en los mayores de 50 años (0,99 en hombres y 1,02 en mujeres) que en los más jóvenes (1,16 en hombres y 1,18 en mujeres). La reclasificación con un puntaje modificado sobre la base de nuestro estudio poblacional no mejoró la predicción (mejoría neta de la reclasificación: -0,5%; 95% CI: -2,5% a 1,5%). Estos datos sugieren que el puntaje de riesgo de hipertensión de Framingham es una herramienta válida para calcular el riesgo a corto plazo de desarrollar hipertensión”. La Ronda Clínica y Epidemiológica se enorgullece de presentar en este número de Iatreia los pensamientos del profesor Pablo Perel acerca de la importancia del pronóstico clínico para los médicos, los pacientes y los que planean la salud. En este artículo se expone de manera didáctica el uso práctico de estos modelos de predicción. Todo esto mejora nuestra capacidad de evaluar críticamente esta investigación y también mejorará nuestra capacidad de aplicar sus hallazgos a muchas áreas de la práctica clínica.
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2010-04-12 | 532 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 22 Núm.3. Julio-Septiembre 2009 Pags. 301-307. IATREIA 2009; 22(3)