En las últimas tres décadas se han registrado más de tres millones de nacimientos gracias a las técnicas de reproducción asistida; asimismo, las clínicas especializadas se han multiplicado en el mundo, y México no ha escapado a esta situación, por lo que la fertilización in vitro también ha contribuido al nacimiento de miles de personas. Por lo tanto, treinta años después del nacimiento de la primera niña de probeta, la reproducción asistida enfrenta nuevos retos para reducir la infertilidad y conseguir que los futuros bebés procreados en el laboratorio crezcan libres de enfermedades. En nuestro país, el primero consiste en disminuir la incidencia de embarazos o nacimientos múltiples, ya que esto tiene un alto impacto desde el punto de vista social, familiar y económico. El nacimiento de gemelos dobles aumenta cuatro veces los costos, los trillizos 11 veces y los cuatrillizos 18. Las mujeres que esperan más de un bebé tienen un margen de riesgo mayor de sufrir complicaciones durante el embarazo, incluyendo partos prematuros, con más probabilidades de presentar serios problemas de salud, así como discapacidades permanentes, e incluso la muerte. El segundo desafío es desarrollar técnicas de diagnóstico previo a la implantación de los embriones en el útero a fin de detectar en ellos síndrome de Down u otro tipo de alteración cromosómica y asegurar así que sean sanos. Estos métodos pueden generar controversias, pero lo importante es tener una prueba más fácil y rápida para conocer su estado de salud.
2010-04-16 | 619 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 33 Núm.389. Abril 2010 Pags. 9 Prescripción Médica 2010; 33(389)