Fragmento

Hablan los psiquiatras de algo tan complejo como son las dismorfofobias. Esta patología, psiquíatrica en sí, es producto de la aceptación o no de nuestro contexto corporal, que parte de nuestra propia percepción ante el espejo y en último término del tacto. Todo ello son fuentes de información a nuestro cerebro, en definitiva, es el puchero donde se cuece el guiso de nuestras formas. Por tanto, con nuestros bisturís, actuando en la periferia, llevamos los resultados a nuestro cerebro para lograr así la aceptación de la nueva anatomía.

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2010-04-26   |   665 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 2 Núm.3. Enero-Junio 2006 Pags. 56-57 Cir Estet Plas 2006; 2(3)