Editorial

Autor: Coto Celia E

Fragmento

En la batalla entablada desde el nacimiento de la vida en la tierra entre el reino de los invisibles y el de los grandes seres vivos resulta evidente que están ganando los invisibles. En el poético libro escrito por Saint Exupery, el zorro le dice al principito “que lo esencial es invisible a los ojos”, refiriéndose a la bondad que anida en los corazones. En el caso de los microorganismos, entre estos seres “invisibles” se encuentran numerosos enemigos para nuestra salud, y no porque puedan distinguir entre el bien y el mal, sino porque siguen el designio inscripto en su ADN o ARN genómico para perdurar. Ejemplos muy recientes y no totalmente superados los encontramos en las infecciones intrahospitalarias, la Influenza H1N1 y en el Dengue. Es que los microorganismos patógenos, aquellos que nos enferman, se mueven como ejércitos robotizados eludiendo todas las armas que desarrolla el hombre para aniquilarlos. Sin embargo, hay otra clase de microorganismos que pueden ser domados y utilizados en nuestro beneficio y como corolario mejorar nuestra calidad de vida.

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2010-04-29   |   921 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 8 Núm.3. Diciembre 2009 Pags. 145. Qviva 2009; 8(3)