Haití, tierra de esperanza

Autor: Baranda Benito

Fragmento

El terremoto lo ha devastado todo, se ha llevado vidas, historias, cantos, colores, familias, negocios, casas, barrios, escuelas, hospitales, oficinas de gobierno, iglesias (inclusive a caído la catedral con su arzobispo muerto), y aun en puerto príncipe se respira polvo y se siente ya ese olor a cuerpos descompuestos. Todo lo avanzado con dedicación y sacrificio en los últimos años, el esfuerzo diario de miles de haitianos y haitianas que se dedicaron a trabajar por otros con generosidad, hoy se derrumba, se oscurece y nos provoca una gran tristeza y nosotros mismos sentimos un cuota de desesperanza. Sin embargo en medio de las nubes negras que asolan esas hermosas y ricas tierras, en ese pueblo de 'tierras altas' donde viven personas trabajadoras y golpeadas por siglos con la angustia y el abandono, hoy que ya se acerca la temporada de las lluvias, luego las tormentas y huracanes, aun hay esperanza. Esa esperanza la escriben a diario lps mismos haitianos y haitianas, la proclaman aun en sus cantos en cada esquina de puerto príncipe, la manifiestan ya en el resurgir del comercio callejero, en los deseos irrefrenables de volver a la escuela (aunque en la ciudad se calcula que el 80% de ellas está inutilizable), y la demuestran en sus deseos de trabajar y levantarse nuevamente, de reconstruir con sus manos la ciudad y de alzarlas también para alabar y ayudar a otros.

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2010-05-12   |   805 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 9 Núm.2. Marzo 2010 Pags. 84. BLACPMA 2010; 9(2)