Autores: Sarjanovich Rodolfo Juan, Lema Luis R
Desde las primeras descripciones por parte de Víctor Eisenmenger y Werner Forssman a finales del siglo XIX y comienzo del XX, mucho se ha avanzado en el conocimiento de los mecanismos fisiopatológicos que producen la enfermedad y esto permitió un enfoque terapéutico más racional. Sin embargo, toda la farmacología aplicada a mejorar la calidad de vida y sobrevida de estos pacientes sólo ha sido probada en pacientes del grupo I, siendo excluidos los otros pacientes. Pero, los datos epidemiológicos nos dicen que la gran mayoría de los pacientes portadores de hipertensión arterial pulmonar (HAP) pertenecen a los grupos II, III y IV; donde estos fármacos no han sido testeados. El sildenafil es uno de los pilares terapéuticos por sus resultados y por su fácil accesibilidad para pacientes y médicos. En los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la presencia de HAP ensombrece el pronóstico; pero los casos severos son un porcentaje muy bajo y, generalmente, obedecen a otra causa. La vasodilatación de las arteriolas pulmonares produce un desequilibrio en la relación ventilación/perfusión que agrava la hipoxia, no obstante pequeños trabajos en estos pacientes tratados con sildenafil han demostrado seguridad y mejoría en el test de la caminata de 6 minutos. En la insuficiencia cardíaca, el sildenafil puede exacerbar el edema pulmonar; pero numerosos trabajos con reducido número de pacientes han mejorado la capacidad funcional, el pico del consumo de oxígeno y los parámetros de intercambio gaseoso. En la HAP debida a tromboembolismo crónico, se recomienda la trombectomía de las arterias pulmonares. Pero en los casos inoperables, sildenafil ha sido de utilidad.
Palabras clave: Hipertensión pulmonar sildenafil enfermedad pulmonar obstructiva crónica insuficiencia cardíaca tromboembolismo crónico.
2010-07-13 | 802 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 5 Núm.1. Enero-Marzo 2010 Pags. 32-41 Rev Insuf Cardíaca 2010; V(1)