Autor: Viel Clément
Todo proceso infeccioso que involucra la cavidad bucal puede extender su área de influencia al entorno de interacción de las personas que reciben u otorgan el tratamiento odontológico. Por tanto, la trasmisión de agentes capaces de generar una infección puede darse como resultado del contacto directo, persona a persona, o indirecto, mediante el intercambio de objetos contaminados que se denominan fomites. La trasmisión de la infección de una persona a otra requiere: a. Una fuente de infección (un portador, un convaleciente, un paciente en etapa prodrómica). b. El vehículo por el que los agentes infecciosos se trasmiten (sangre, secreciones, saliva, o bien instrumentos contaminados con ellos). c. Una vía de trasmisión (inhalación, inoculación, contacto directo). Sin duda, la odontología moderna debe abandonar estrategias de pensamiento de sus antecesores históricos —los dentisteros, barberos y sangradores— enfrentando la profesión con responsabilidad, adquiriendo conceptos sólidos y aplicando una protección eficaz frente a estos riesgos. De esto se trata la bioseguridad, es decir, la seguridad de la vida, asegurarse ésta bajo un concepto que define y rige a toda especie biológica: perdurar a través del tiempo por su capacidad de adaptación a posibles cambios del bioma que le toca compartir.
2010-07-15 | 16,984 visitas | 1 valoraciones
Vol. 6 Núm.71. Junio 2010 Pags. 6 Odont Moder 2010; 6(71)