Autor: Ceriani Cernadas José María
En ocasión del 8vo Encuentro Nacional de Investigación Pediátrica, que anualmente lleva a cabo nuestra Sociedad, realizado en Puerto Madryn en 2006, tuve el honor de ser invitado a dar la conferencia inaugural. En aquellos momentos, al pensar sobre el tema que podría abordar, se me ocurrió que tal vez fuera interesante exponer reflexiones y comentarios acerca del acto de investigar. El título que elegí para la charla fue exactamente el mismo que ahora lleva el presente editorial. ¿Qué es lo que me indujo a volver a este abordaje después de cuatro años? En gran medida, fue el reciente Encuentro de Investigación (el duodécimo) que se desarrolló en Bariloche a fines del mes de mayo del presente año. Nuevamente fue un espacio sumamente agradable para intercambiar opiniones, ayudar a los investigadores jóvenes en la confección de protocolos, interactuar con otras disciplinas afines a la medicina y compartir momentos con amigos. Se pudo observar un muy buen nivel en las presentaciones y es de destacar que la gran mayoría de ellas trataron temas de mucho interés para la salud en la infancia y adolescencia. Sin embargo, el número de trabajos presentados y el de asistentes fue escaso, pero lo más llamativo, y tal vez algo frustrante, es que este aspecto no ha sufrido variaciones desde los comienzos de estos encuentros. ¿Era esto lo que suponíamos cuando a principios de los años 90, decidimos crear en el seno de la SAP la Subcomisión de Investigación Pediátrica con el fin primordial de estimular esta actividad en nuestro medio? Es difícil contestar certeramente esta pregunta, pero, si bien sabíamos que este proceso iba a ser sin duda lento, es muy probable que esperáramos un mayor crecimiento.
2010-07-19 | 954 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 108 Núm.4. Julio-Agosto 2010 Pags. 290-291 Arch Argent Pediatr 2010; 108(4)