Fragmento

El conocimiento es el “cimiento” del desarrollo y por ende constituye el soporte o base que sustenta la estructura de cualquier profesional. El convulsionado mundo actual tiende a desestimar los valores intrínsecos de la disciplina, la responsabilidad, la entrega desinteresada, el compromiso, la lealtad, la ética y la moral; y pretende suplirlos por otros “falsos valores” como el productivismo o productividad, “profesionalismo” a quien se vende al mejor postor, ponerse la camiseta, a quien aún traicionando la amistad, el compromiso y la lealtad “contribuye a la causa”, libertad a quien en forma irresponsable ejerce el libertinaje, ofertando derechos, sin compromiso de responsabilidades. La capacidad de reflexión, análisis, síntesis, retroalimentación y actuación consecuente, distingue a quienes se han escapado de convertirse en “homo videns” y por sus virtudes de buscar la verdad por el simple placer de conocerla, dar sin esperar recompensa, crear para los demás identifica a quienes seguramente serán el “cimiento” de una nueva generación que cansada de los desaciertos y sinrazones del mundo actual, buscan una nueva verdad, un nuevo camino y un nuevo destino, con bases sólidas y bien estructuradas que sustenten una generación comprometida, sólidamente formada, leal a sus principios y éticamente responsable. El desarrollo científico y tecnológico sin ética se convierte en el apocalipsis de la humanidad.

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2010-07-21   |   998 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 1 Núm.6. Abril-Junio 2010 Pags. 4 Rev Med MD 2010; 1(6)