El desarrollo de las extremidades:

una nueva visión genómica del desarrollo 

Autor: Salamanca Gómez Fabio

Fragmento

En los países que han logrado controlar adecuadamente variables ambientales del tipo de las infecciones y de las complicaciones del parto, las malformaciones congénitas son la causa más frecuente de muerte del lactante. En nuestro medio, que afronta una transición epidemiológica bien conocida, se calcula que anualmente nacen más de trescientos mil niños con malformaciones congénitas y la prevalencia de los abortos, en los cuales hay causas genéticas bien reconocidas, es incluso mayor. Desde el punto de vista etiológico, hay también factores ambientales, conocidos como agentes teratogénicos, que pueden inducir malformaciones congénitas principalmente en el periodo más sensible de la embriogénesis que corresponde al primer trimestre de la gestación. Estos agentes teratogénicos, pueden ser de naturaleza física, como las radiaciones; químicos, en los que se incluyen algunos agentes empleados en el armamentario terapéutico tales como los anticonvulsivantes o los anticoagulantes; y agentes biológicos, tales como virus de la rubéola, citomegalovirus, la toxoplasmosis, etcétera. También es importante reconocer como factores etiopatogénicos algunos síndromes metabólicos maternos como la diabetes gestacional, desafortunadamente frecuente en nuestro medio por falta de control prenatal adecuado. Con esta gama de factores etiológicos de las malformaciones congénitas, éstas pueden aparecer en forma aislada o formar parte de algunos de los más de tres mil síndromes genéticos bien reconocidos que pueden corresponder a alteraciones del número o de la estructura cromosómica, o a mutaciones génicas que se transmiten con patrones de herencia autosómico dominante, autosómico recesivo o ligado al cromosoma X.

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2010-08-13   |   868 visitas   |   2 valoraciones

Vol. 146 Núm.1. Enero 2010 Pags. 77-78 Gac Méd Méx 2010; 146(1)