Fragmento

La Academia Nacional de Medicina de México, que hoy concluye el ciclo académico 2009 es, ante todo, una comunidad de profesionales de las ciencias de la salud del más alto prestigio, quienes han dado a lo largo de casi un siglo y medio de vida, continuidad a una profunda tradición de compromiso, conocimiento y servicio a la nación. Por ello, en primer término quiero saludar a sus miembros y reconocer su esfuerzo en favor del desarrollo de la medicina y del bienestar de la población mexicana. Agradezco también a todas las personalidades que nos acompañan y a todas las personas que amablemente se han dado cita hoy aquí, en este histórico recinto, para estar presentes en esta Sesión Solemne de Clausura. Muchas gracias a todos. Este 2009 que ya ve cercano su fin ha sido, sin duda, un año de arduo trabajo, de intensa actividad, de retos y responsabilidades de primera importancia para nuestra institución que, por fortuna y gracias a la respuesta comprometida de todos y cada uno de nuestros académicos, ha sabido sortear, con la solvencia que le caracteriza históricamente. Y esto no ha sido fácil por muy diversas razones. México atraviesa por momentos críticos de diverso orden, tanto en el plano económico y social, como en el de la ciencia, la salud y la práctica de la medicina. El Estado mexicano enfrenta un sinnúmero de desafíos, de asignaturas pendientes que urge saldar, de situaciones que exigen un examen más ponderado y una profunda reconsideración para verdaderamente impulsar nuestro desarrollo y un mayor bienestar —como es el caso de la inversión en ciencia, educación y cultura—, pero también espacios de oportunidad que no es posible dejar pasar, de frente a la recomposición mundial, signo de nuestro tiempo.

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2010-08-13   |   1,092 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 146 Núm.1. Enero 2010 Pags. 79-82 Gac Méd Méx 2010; 146(1)