Doctor Fause Attie (1935-2009)

Autor: De la Fuente Juan Ramón

Fragmento

Cumplo con el triste deber de rendirle un homenaje póstumo a quien fuera nuestro vicepresidente, nuestro presidente electo para fines prácticos, cuya muerte prematura el pasado 13 de febrero enluteció a la Academia Nacional de Medicina, al Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”, a la comunidad médica, a centenares de personas que se beneficiaron directa o indirectamente con sus servicios y, desde luego, a su muy apreciable familia. Le agradezco a la mesa directiva de la Academia tan honrosa distinción. Empezaré por decir que el doctor Attie fue un muy buen médico, con una formación rigurosa en el Instituto Nacional de Cardiología —que años después dirigiría— y posteriormente en uno de los centros cardiológicos más prestigiados del mundo en Birmingham, Alabama. Ser buen médico para él implicaba no solo rigor y disciplina en el estudio a lo largo de toda la vida, sino además, tener la capacidad para aplicar esos conocimientos en beneficio de los enfermos, transmitirlos con espíritu crítico a los estudiantes y contribuir también en la medida de lo posible, a generarlos, a enriquecerlos con su experiencia clínica, sus investigaciones y las de sus colegas. Cuando tuve oportunidad de compartir con él la responsabilidad en el tratamiento de algunos pacientes, me pude percatar del genuino interés que en él despertaban y de su capacidad intuitiva, que le permitían, además de ser certero en el diagnóstico y el tratamiento, identificar tanto los problemas personales, como la dinámica de su entorno familiar y social. Como buen médico, ejerció la profesión con competencia técnica y genuino sentido humanista.

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2010-08-13   |   954 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 146 Núm.1. Enero 2010 Pags. 83-85 Gac Méd Méx 2010; 146(1)