Autor: Cabrera Sandoval Luis
El término escoliosis se refiere a una desviación lateral de la columna vertebral mayor a diez grados, la cual se vincula con una rotación de los cuerpos vertebrales y una alteración en la estructura de los mismos. Si bien suele iniciar después de los ocho años de edad, su mayor incidencia se observa en población de diez a 14 años, siendo más frecuente en mujeres. Puede afectar tanto la región torácica (media) como la región lumbar (inferior). Aunque la anomalía más evidente se manifiesta en el plano frontal, la rotación vertebral hace que la escoliosis sea una tridimensional. De ahí que, además de la curva lateral, también sea viable la existencia de alteraciones en el plano sagital, así como una prominencia o giba en la espalda. Respecto a su etiología, es importante saber que se presenta por las siguientes causas, lo que también permite contar con una clasificación: Idiopática. Es de causa desconocida y constituye 70% de los casos. No produce dolor, por lo que el motivo de consulta suele ser la deformidad del tórax y la asimetría del talle. Congénita. Se debe a la existencia de una malformación en las vértebras. Puede desarrollarse a causa de una única o múltiple que puede ser anterior, anterolateral o posterolateral y/o falla en la segmentación de barras laterales, anterolaterales, posterolaterales y posterior. Neuromuscular. La causa más conocida es la poliomielitis. Provoca deformidad vertebral por parálisis neuromuscular, que puede ser simétrica o asimétrica y la alteración es de tipo progresivo. Funcional. Las alteraciones de las estructuras blandas y óseas de la columna están ausentes. Estructural. Alteración anatómica en alguna región de la columna vertebral. Se observa inclinación lateral acompañada de rotación axial y acuñamiento de los cuerpos vertebrales y retracción de cartílagos (en especial a nivel del ápice de la curva). Es progresiva y avanza con rapidez durante el crecimiento.
2010-08-27 | 14,203 visitas | 1 valoraciones
Vol. 33 Núm.393. Agosto 2010 Pags. 11 Prescripción Médica 2010; 33(393)