Al cronista de las abejas:

João Maria Franco de Camargo (1941-2009) 

Autor: Vit Patricia

Fragmento

Desde el mes de septiembre 2009 extrañamos al profesor que gentilmente identificó todas las abejas sin aguijón (Meliponini) productoras de la miel venezolana de botijas, analizada en la Universidad de Los Andes, desde el año 1988. Esta miel tiene propiedades importantes para la salud humana. El Prof. JMF Camargo, fue generoso y consecuente con su servicio epistolar de caligrafía inolvidable, pronto sustituído por la tecnología de internet y el sistema de posicionamiento geográfico. Seguirá la Dra. SRM Pedro, su fiel colaboradora. Talentoso artista cuya mano le guió para observar un grupo de seres vivos y viajar al remoto tiempo de su origen. Apasionado de la historia natural. Artífice de una colección colosal de abejas sin aguijón, referenciadas con meticuloso rigor. Hoy día en la colección Camargo del campus de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo (RPSP) en Brasil, tiene unas 150.000 abejas. No es esta colección el resultado de sumar abejas sino la necesidad para observarlas, medirlas y entender el lenguaje vivo para los naturalistas. Si fue coincidencia o no, su largo viaje por la biodiversidad de los Meliponini inició en el año de 1963, al participar en una expedición a Manaos, selva amazónica de Brasil, invitado por el Prof. Warwick Kerr, reconocido experto en abejas. Quizás las abejas que conoció en ese viaje lo escogieron a él para documentar la vida apícola. Así se expresó cuando nos visitó en Venezuela, en Marzo del 2008, con motivo de su conferencia sobre biogeografía histórica de meliponinos tropicales: “Todo lo que sé en biología, me lo han enseñado las abejas”. Especial interés en las singularidades de hábitos necrófagos de Trigona hipogea, asociaciones con levaduras de Ptilotrigona lurida y con cochinillas de Schwarzula coccidophila, o el caso de Trichotrigona extranea una abeja que no almacena miel, las Partamona batesi que viven con termiteros vivos, y la más pequeña Leurotrigona pusilla, que vive en galerías excavadas por coleópteros. Hasta una Melipona timida porque también las abejas tienen su forma de ser. Buscó, encontró, recolectó, seccionó, fotografió y dibujó la arquitectura de sus nidos, con todas sus proporciones, secciones, y elaboró sugerencias explicativas ante el caleidoscópico menú de formas, tamaños, estructuras, secuencias, materiales. Todo importa. Cada detalle fue reverenciado por Camargo, el cronista de las abejas. El pudo responder que la primera miel del planeta fue almacenada en botijas y no en panal, mientras no aparezca un registro fósil más antiguo que el de Cretotrigona prisca.

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2010-09-02   |   743 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 19 Núm.1. Enero-Junio 2010 Pags. 70-71 MedULA 2010; 19(1)