Autor: Escamilla Agea Enrique
Nadie puede negar que la época que nos ha tocado vivir se ha distinguido de otras por los cambios que con tanta rapidez, y en forma por demás drástica, se están sucediendo en todos los ámbitos de nuestra sociedad y la educación médica no está al margen de ellos. La función de la Cruz Roja no escapa a estos cambios y aun cuando su actuación se inició el 21 de febrero de 1910 gracias a un decreto presidencial del Gral. Porfirio Díaz y tuvo gran actividad durante la Decena Trágica con apoyo a los heridos en el sitio mismo de la acción y transporte a diversos hospitales en que se atendían lesionados, fue hasta 1916 que se contó con uno propio que era el antiguo Concepción Beístegui conocido también como Regina; en ese entonces no había enseñanza salvo la que impartían algunos profesores a sus ayudantes. En 1932 se inaugura el hospital localizado en la esquina de Monterrey y Durango en la colonia Roma y fue ahí donde se inició la docencia propiamente dicha. Cupo el honor al Insigne Maestro Victorio de la Fuente Narváez, en la década de los cuarenta, ser el primer médico residente en México, precisamente en este hospital y en donde a partir de él, las diversas generaciones egresaban como traumatólogos pues lo mismo sabían operar un hematoma subdural que una fractura de cuello de fémur o una herida doble penetrante. Cabe señalar que gracias a sus méritos el Dr. De la Fuente fue nombrado Director del Hospital de Traumatología y Ortopedia del Centro Médico Nacional (hoy siglo XXI) en donde con gran esfuerzo logró introducir y enseñar, junto con varios colaboradores, muchos de ellos también egresados de la Cruz Roja, los procedimientos modernos de osteosíntesis. El Seguro Social reconoció estos méritos y por ello le otorgó su nombre a los hospitales de Ortopedia y Traumatología de Magdalena de las Salinas.
2010-09-08 | 641 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 8 Núm.1. Enero-Abril 2005 Pags. 4 TRAUMA 2005; 8(1)