En los meses en los que aumentan las precipitación pluviales, por lo regular en toda la geografía estatal, ocurren encharcamientos que ponen por un tiempo, tanto a las zonas rurales como urbanas, en desquicio; situación que en pocos días se resuelve, voliendo a tener calles secas, con alguno que otro bache. Pero esto no es todo, hay algo que se queda y se percibe con mucha intensidad y es que, a escasos días de la primera lluvia hacen acto de presencia grandes cantidades de mosquitos, para los cuales, los humanos representamos una fuente alimenticia excelente. Estos mosquitos suelen ser intensamente molestos por sus agresivos piquetes y en algunos casos, por las enfermedades que generan, como pueden ser el dengue y el paludismo. La lluvia incrementa el número de criaderos naturales temporales y la extensión de los criaderos permanentes ya que debido al descuido en los hogares, los patios de las casas y aquellos depósitos como tapas, cáscaras de coso, envases y un incontable número de artículos caseros se llenan de agua, creando así, potenciales criaderos de larvas de mosquitos.
2010-09-15 | 836 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 3 Núm.13. Julio-Agosto 2010 Pags. 29-31 Rev Sal Quintana Roo 2010; 3(13)