Autor: Cañedo Andalia Rubén
La enfermiza obsesión por cuidar “la imagen” del país, del ministerio, la empresa o el territorio -muchas veces más recurrente que la preocupación por los propios desaguisados de la realidad- en ocasiones es paranoia por el destino de tu puesto, tu cargo y algunas bagatelas más, cuando de lo que se trata es de mejorar la realidad. En otros, obedece a una extendida confusión que no pocos asumen, quizá sin mala intención: los problemas no deben dilucidarse públicamente, porque demeritan las reales conquistas de la Revolución. Y esa ceguedad, de la cual beben oportunistas e indolentes, con cargo o de filas, puede alimentar la sensación de que todo anda bien. Ese sería el peor servicio a la Revolución.
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2010-10-06 | 636 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 20 Núm.3. Septiembre 2009 Pags. . Acimed 2009; 20(3)