Autor: Díaz Hernández Orestes L
La mortalidad general tiene una tendencia al decrecimiento en los últimos decenios, ello se traduce por un incremento en las esperanzas de vida al nacer. Sin embargo, la modificación del patrón epidemiológico de las defunciones y el envejecimiento poblacional han provocado que las enfermedades no transmisibles se hayan adueñado de las primeras causas de muerte, lo cual implica un mayor despliegue de recursos en las intervenciones. Las enfermedades del corazón y las enfermedades cerebrovasculares (ECV) están entre las 3 primeras causas de muerte en nuestro país y el control de la hipertensión arterial, factor de riesgo para ambas, pudiera disminuir la mortalidad por estas causas e incrementar la esperanza de vida. Este artículo tuvo como objetivos la descripción de la mortalidad general y la determinación de la magnitud del impacto que produciría la reducción de las defunciones por enfermedades del corazón y ECV en un 20 %, sobre la esperanza de vida de la población, lo cual se espera obtener al aplicar el nuevo programa de control de la HTA. Para ello, se emplearon las funciones de las tablas de vida, fundamentalmente las esperanzas de vida al nacer, las esperanzas de vida en edades exactas y las esperanzas de vida temporarias, estas últimas según la metodología ofrecida por Eduardo Arriaga. Se obtuvo como resultado un incremento apreciable en la vida promedio de los cubanos de ambos sexos al reducir en un 20 % la mortalidad por las citadas causas para todas las edades.
Palabras clave: Cardiopatías mortalidad mastectomía linfedema trastornos cerebrovasculares hipertensión esperanza de vida tablas de vida.
2003-01-23 | 1,068 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 38 Núm.2. Mayo-Agosto 2000 Pags. 127-136. Rev Cubana Hig Epidemiol 2000; 38(2)