Síndrome de vejiga dolorosa

Autor: Ramos Tapia Germán

Fragmento

Este síndrome se presenta con más frecuencia en mujeres que en hombres, entre los 25 y 55 años de edad. También se lo conoce como cistitis intersticial y ha sido descrito en la literatura médica como una enfermedad crónica que ocasiona urgencia urinaria y polaquiuria asociada con dolor pélvico, el cual varía con el llenado de la vejiga. Cabe destacar que este padecimiento ocasiona diversos efectos negativos sobre la calidad de vida del paciente. Lo anterior se debe a que se ha observado que tres de cada cuatro casos presentan dispareunia, 70% trastornos del sueño y nueve de cada diez refieren que la enfermedad afecta sus actividades cotidianas. También es importante tener presente que el síndrome de vejiga dolorosa se produce en ausencia de infección del tracto urinario o algún otro cuadro patológico. De ahí que su diagnóstico llegue a resultar un tanto complicado. Por otra parte, es preciso señalar que en la actualidad se reconocen dos tipos de síndrome de vejiga dolorosa o cistitis intersticial; la clásica, asociada con cambios inflamatorios macroscópicos de la pared vesical, como las llamadas úlceras de Hunner y la no clásica, la cual expresa la sintomatología pero sin signos citoscópicos importantes, y es la que se presenta con mayor frecuencia. Las pacientes que padecen esta entidad cursan con dolor suprapúbico cuando se llena la vejiga y polaquiuria diurna y nocturna en ausencia de infección del tracto urinario. Los síntomas referidos son parecidos a los de cáncer de vejiga, las enfermedades de transmisión sexual, endometriosis, infecciones vaginales o urinarias, prostatitis e hiperactividad vesical farmacológica o neurológica. En cuanto a su etiología, se considera que es multifactorial, por lo que en su desarrollo pudieran estar asociadas infecciones, enfermedades autoinmunes, factores hereditarios, respuestas alérgicas y ciertos procesos genéticos. Al respecto se ha establecido una teoría, la cual establece que la mayor permeabilidad de la capa protectora de glucosaminoglucano del epitelio vesical genera la pérdida de potasio, toxinas y otras sustancias urinarias hacia el intersticio mucoso activando los mastocitos y generando una respuesta autoinmune.

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2010-11-19   |   1,447 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 33 Núm.395. Octubre 2010 Pags. 14 Prescripción Médica 2010; 33(395)