Depresión, segunda causa de discapacidad:

OMS 

Autor: Arellano Bravo Ángel Santiago

Fragmento

La depresión es resultado de múltiples factores, entre los que destaca el desequilibrio de serotonina y noradrenalina, sustancias que emplean las células de nuestro cerebro para comunicarse entre ellas. Éste síndrome se caracteriza por una tristeza profunda y por la inhibición de las funciones psíquicas —que en la mayoría de las ocasiones se acompaña de trastornos neurovegetativos u otros padecimientos psiquiátricos—. Alguna vez hemos tenido sentimientos de tristeza o melancolía, por lo general un par de días y hasta seis meses en promedio. Mas si alguien padece depresión, estos síntomas se presentan a diario, la mayor parte del día y al menos durante dos semanas, agravándose de manera paulatina, llevándolo a presentar un deterioro de las relaciones afectivas, laborales, personales y sociales. Esta condición la puede diagnosticar desde un médico de primer nivel hasta un especialista en la salud mental, basándose sobre los antecedentes, historial de vida, características y duración de los síntomas, entre otros recursos. Conforme el estado avanza, los signos más frecuentes son: reducción en el estado de ánimo, pérdida de energía e interés, sensación de enfermedad física o debilitamiento, baja concentración, apetito y sueño alterados, disminución de las funciones físicas y mentales y un estadio permanente de displacer cargado de dolor, lo que lleva a un proceso desadaptativo que permite se evidencie frente al resto de la gente. La depresión se ha definido como un trastorno afectivo psiquiátrico donde también hay disminución de la capacidad para experimentar placer, con franca falta de autoestima y manifestaciones de corte afectivo, conductual, cognitivo y somático que repercuten en la calidad de vida y en el desempeño del individuo que lo padece. La persona que sufre un estadio depresivo presenta muchos componentes ansiosos con respuestas somáticas complejas que pueden implicar un diagnóstico más preciso; es importante reconocer que la ansiedad causa preocupación, miedos, inestabilidad y provoca una sensación de querer huir o defenderse, lo cual agrava dicho estadio.

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2010-11-19   |   556 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 33 Núm.395. Octubre 2010 Pags. 16 Prescripción Médica 2010; 33(395)