Fragmento

La medicina mexicana cuenta en su historia con importantes médicos que, en diferentes épocas, hicieron de su profesión un paradigma; pero por diferentes motivos son desconocidos por las nuevas generaciones de profesionales de la atención a la salud, ignorando que algunos dedicaron su vida a la ciencia y a la enseñanza con un alto sentido de ética y compromiso social. Este es el caso del Dr. Enrique Cabrera Cosío. Él nació en la ciudad de México el 15 de julio de 1918, graduándose con mención honorífica como Médico Cirujano en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México en 1942. Fue un joven inquieto y perfeccionista apasionado por la música, exigente consigo mismo y con los demás. Su afán incansable para conocer las cosas con exactitud y veracidad, ponía en dificultades a sus maestros. “Alegre, sin llegar a ser bullicioso, hacía vida aparte, íntimamente ligado a sus compositores favoritos y a sus libros […] dotado para el dibujo, se ayudaba en sus clases haciendo diseños que después servían a muchos de sus condiscípulos a la hora de los exámenes. Algunos años más tarde esa facilidad innata le sería de enorme utilidad para ilustrar sus clases y para explicar en sus libros el desarrollo especial de los vectocardiogramas”.

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2010-11-25   |   3,327 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 21 Núm.3. Julio-Septiembre 2009 Pags. 65-68. Lab acta 2009; 21(3)