Corrientes diadinámicas o de Bernard:

dosificación 

Autor: Barroca Enrique

Fragmento

El efecto fisiológico y terapéutico de las corrientes diadinámicas no depende solamente de la cualidad, sino también, en gran medida, de la intensidad de corriente. Un efecto perceptible sobreviene sólo después de haberse alcanzado un determinado umbral de estimulación particular sensorial y motor o vegetativo, que puede cambiar conforme a la condición patológica. En concordancia con la cualidad de la corriente, el umbral de estimulación sensorial aumenta en mayor o menor escala, y en forma más rápida o lenta en primer término, y más tarde, en forma parcial, el umbral de estimulación motor. Asimismo, depende de la intensidad requerida para el efecto deseado, del tamaño de los electrodos y del área atravesada por la corriente. Por tanto, no es prudente emplear en forma sistemática intensidades definidas; en la terapia diadinámica, es preferible una dosificación individual exacta. Como regla general, después de ajustar una corriente continua de 2 a 3 mA, se aumenta en forma lenta y continua la intensidad del componente diadinámico (evitando intercalar alteraciones abruptas) dentro de un lapso de 20 a 45 segundos, de modo tal que el paciente perciba la corriente con una clara sensación de vibración y tirantez (después de un cosquilleo incipiente) pero sin sentir dolor alguno. Una fuerte sensación urente indica que se ha transgredido el límite de tolerancia y se está en presencia de una dosis excesiva. Como norma hay que cuidar que no sobrevenga una contracción continua de los músculos en el lugar de la aplicación.

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2010-12-07   |   1,748 visitas   |   4 valoraciones

Vol. 7 Núm.5. Agosto 2010 Pags. 10-13 Dol Foro Nal Invest Clín Méd 2010; 7(V)