Autor: Cuestas Eduardo J
La historia reciente del Helicobacter pylori es el ejemplo más conspicuo de la inconsistencia del conocimiento médico actual en el que las cosas no son siempre lo que parecen, por lo que los médicos deberíamos aprender a usar un poco mejor el juicio precautorio y no dejarnos convencer con facilidad por teorías patogénicas novedosas pero insuficientemente demostradas. El H. pylori acompaña al ser humano desde hace más de 60.000 años. Aunque recién a finales del siglo XIX los patólogos alemanes descubren la presencia de bacterias espiriformes en la mucosa gástrica. El fracaso de estos últimos en conseguir el cultivo y aislamiento del germen hace que este hallazgo caiga en el olvido durante casi un siglo, hasta que en 1982 cuando Barry J. Marshall y J. Robin Warren consiguen por fin aislarlo en mucosa gástrica, demostrándose posteriormente que es un factor de riesgo de suma importancia para el desarrollo de úlcera gastroduodenal, así como de adenocarcinoma gástrico y de linfomas MALT. De esta manera, fuimos testigos de cómo esta bacteria trasladaba la úlcera péptica, hasta entonces paradigma de la enfermedad psicosomática, al campo de las enfermedades infecciosas.
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2011-01-17 | 661 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 28 Núm.1. Enero-Marzo 2010 Pags. 3-4. Exp Médica 2010; 28(1)