En el año 2005, setenta estudiantes de medicina de diferentes universidades llegamos al Hospital Juárez de México para realizar nuestro Internado Médico. Ahí, gracias a las personas que solicitan asistencia y a las que la ofrecen, nos apropiamos de conocimiento, experiencia y carácter para nuestro desarrollo como profesionales, pero también como personas. El discurso que se lee líneas abajo fue preparado por mí, dos meses antes de la ceremonia de clausura, a petición del resto de los estudiantes que hicimos internado ese año. Para elaborarlo decidí recoger las inquietudes de mis compañeros y elaboré –con ellos–, varios borradores antes de tenerlo listo.
2011-01-27 | 4,261 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 6 Núm.8. Junio 2009 Pags. 59-62 Sal Urban 2009; 6(8)