En marzo del año pasado, buscando una medicación eficaz para combatir las toses espasmódicas de los niños, se nos ocurrió ensayar el sulfato de magnesio (S.M.) por vía hipodérmica. Nos indujo a ello no sólo el poco éxito que se obtiene frecuentemente con las gotas y bebidas corrientes, sino también con medicaciones tales como los enemas de éter, el Felsol, el luminal, realmente eficaces en muchos casos de toses tenaces, intensas y de tipo espasmódico, pero ante cuyo fracaso nos veíamos obligados a recurrir a los derivados del opio, tal peligroso en la primera infancia. Buscamos entonces un medicamento que, a la par de eficaz, fuera inocuo y de bajo precio. Pensamos que el S.M. podría llenar estos requisitos, basados en su acción antiespasmódica y sedante demostrada por numerosos trabajos, en los cuales se lo emplea con otros fines, y así, sin mayor optimismo, recurrimos a él, esperando que los hechos vinieran a ratificar o no nuestra concepción teórica.
2011-02-01 | 3,636 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 109 Núm.1. Enero-Febrero 2011 Pags. 92-93 Arch Argent Pediatr 2011; 109(1)