Autores: Bencomo Hernández Antonio A, Alfonso Valdés María Elena
Introducción La prueba de antiglobulina o prueba de Coombs con el empleo del suero antiglobulina humana poliespecífico, es la técnica más utilizada en inmunohematología. Los componentes principales del reactivo antiglobulina son los anticuerpos anti-IgG y anti-C3 (C3d/C3dg); la actividad anti-IgA y anti-IgM no es imprescindible pero deseable. La presencia de estos anticuerpos permite la detección de autoanticuerpos IgM (no aglutinantes) e IgA en la prueba de antiglobulina directa (PAD) para el diagnóstico de la anemia hemolítica autoinmune (AHAI) que, en ocasiones, por las dificultades en su detección, están involucrados en la etiología de la AHAI “Coombs negativa”. La prueba de Coombs detecta, como mínimo, entre 200 y 500 moléculas de IgG por hematíe. El límite de detección para los anticuerpos de los isotipos IgA e IgM no ha sido determinado, probablemente porque no existe consenso para la estandarización de los reactivos antiglobulínicos con estas especificidades, por su baja frecuencia, o porque para revelar la presencia de estas inmunoglobulinas en los hematíes se prefiere el empleo de métodos más sensibles.
2011-02-03 | 2,477 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 26 Núm.4. Octubre-Diciembre 2010 Pags. 20-24 Rev Cubana Hematol Inmunol Hemoter 2010; 26(4)