Autor: Castellanos Olivares Antonio
El dolor es un síntoma que con frecuencia obliga a buscar atención médica. Según la Organización Mundial de la Salud se reconocen dos tipos de dolor: el nociceptivo, que a su vez puede ser somático (localizado, de carácter sordo y continuo) y visceral (mal localizado, de carácter opresivo y profundo, con irradiación a zonas distantes de la lesión, y se puede acompañar de náusea, vómito, diaforesis, taquicardia e hipertensión); y el neuropático, intenso con sensación de quemadura o descargas eléctricas, y en ocasiones con pérdida de la sensibilidad, con o sin hiperalgesia y alodinia. Es fundamental esta diferenciación porque cada uno requiere terapéuticas específicas. De acuerdo a su duración se puede clasificar en crónico, que persiste más allá del curso habitual de una enfermedad, y en agudo, como reacción fisiológica a la lesión tisular, distensión visceral o enfermedad, cuya duración oscila de minutos a meses; aunque se postula como un mecanismo de defensa que tiende a limitar el daño, cuando es tratado de manera inadecuada puede evolucionar a dolor crónico, el cual es padecido por 20 a 30% de la población, lo que lo convierte en un problema de salud pública con grandes pérdidas económicas asociadas al ausentismo laboral y al consumo de recursos.
2011-02-16 | 679 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 46 Núm.5. Septiembre-Octubre 2008 Pags. 465-466 Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2008; 46(5)