Alergia a medicamentos

Autores: De la Borbolla J M, Gastaminza Lasarte G

Fragmento

Introducción Dentro de las reacciones adversas desencadenadas por los medicamentos, las reacciones alérgicas suponen un porcentaje pequeño, apenas un 10%. Sin embargo, el tipo de síntomas con los que se manifiestan estas reacciones y su potencial gravedad hacen que con frecuencia se tienda a etiquetar de alérgicos a personas que simplemente han presentado una serie de síntomas que pudieran parecerlo. Un paciente que se marea al ponerle el dentista la anestesia, o un niño que presenta una erupción cutánea en el transcurso de un tratamiento con amoxicilina, son con frecuencia etiquetados de alérgicos a dichos grupos de fármacos. Esa etiqueta de alérgico a «los anestésicos» o a «las penicilinas», colocada a veces con unos criterios muy poco estrictos, incluso a personas que en realidad no lo son, es una fuente de múltiples problemas al cabo de los años, cuando dicho medicamento se convierte en una necesidad terapéutica. Por otra parte las reacciones alérgicas pueden desencadenarse por distintos mecanismos inmunológicos y por lo tanto presentarse con un perfil clínico bastante diverso. Y el estudio de una reacción a un fármaco cuenta con el inconveniente de que no existe ninguna prueba diagnóstica fiable al cien por cien. Más bien, se trata de un «proceso diagnóstico», en el que se tienen en cuenta los datos de la historia clínica y los resultados de las pruebas alergológicas (in vitro e in vivo). Precisamente la calidad y cantidad de datos obtenidos en la historia clínica son la pieza clave de ese estudio. Y esta calidad depende directamente del tiempo que haya transcurrido entre la aparición de la reacción y el estudio alergológico.

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2011-03-03   |   230 visitas   |   5 valoraciones

Vol. 39 Núm.370. Mayo 2009 Pags. 135-142 Ped Rur Ext 2009; 39(370)