Para entender la relación que hubo entre los médicos y la medicina del Virreinato de la Nueva Granada con el proceso y la guerra de la Independencia es necesario conocer, primero que ellos y ella se relacionan con las guerras, principalmente en seis instancias; segundo, que en las guerras, históricamente los médicos han tenido principalmente tres papeles: como médicos propiamente dichos, como militares y como políticos, y tercero, contextualizar la medicina que se ejercía desde mediados del siglo XVIII en Occidente en general, y en el Virreinato en particular. La guerra ha sido un campo en el cual la medicina como disciplina ha aportado significativos ayudas y del cual la medicina ha recibido importantes estímulos para su progreso como rama del saber y del hacer. La guerra ha sido y es uno de los mayores desastres antrópicos complejos por su estela de enfermedades infecciosas, psicológicas y nutricionales, entre otras. En las guerras el ser humano ha recurrido y recurre a prácticas de envenenamiento de alimentos y aguas y contagio de enfermedades sobre sus adversarios. Los conflictos armados, con su corolario de heridos y enfermos siempre han sido, en menor o mayor grado, estímulos para la organización de redes logísticas de asistencia médica, y, en la medida del desarrollo del derecho de gentes y del derecho internacional humanitario, de riesgos para el personal médico en función de sus actividades propias. El clima de odio que las guerras activan en el hombre y el marco político, étnico, religioso y científico en que ellas se desarrollan, ha sido propicio para prácticas abusivas sobre prisioneros y adversarios por parte de algunos médicos.
2011-03-07 | 1,215 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 32 Núm.3. Septiembre 2010 Pags. 243-254 Medicina Ac. Col. 2010; 32(3)