Editorial

Autor: Huerta García Gloria C

Fragmento

Desde hace varias décadas la aplicación de la vacuna BCG en México es una práctica rutinaria de carácter obligatorio, que se aplica al nacimiento en la mayoría de los recién nacidos. Esta medida de salud pública se decidió para evitar la pérdida de oportunidad de vacunación en una población con alta prevalencia de tuberculosis y elevada probabilidad de exposición temprana. La vacuna del bacillo Calmette-Guérin (BCG), como todas las vacunas que contienen patógenos vivos y atenuados, está contraindicada en pacientes con inmunosupresión, pero es prácticamente la única antes de cuya aplicación es imposible conocer la inmunidad del individuo por antecedentes, ya que se aplica en las primeras 48-72 horas en la mayoría de los cuneros del sector salud. En el “peor” de los casos, se aplica dentro del primer año de vida, cuando gran parte de las inmunodeficiencias primarias (por suerte poco frecuentes) no son del todo evidentes. Definitivamente, desde el punto de vista inmunológico, no es la mejor edad para generar una adecuada inmunidad celular a los diferentes patógenos, mucho menos si se aplica a un paciente con algún tipo de inmunodeficiencia, tomando en cuenta que puede producir efectos secundarios catastróficos. En lo que respecta a la infección perinatal por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), idealmente debería conocerse el estado serológico de la madre. Es decir, si tiene o no infección; su estadio clínico, inmunológico y tratamiento; si llevó algún manejo durante el embarazo; la cuenta de CD4/CD8; la carga viral; si recibió las medidas recomendadas durante el periodo pre e intraparto; y si el producto recibió la profilaxis adecuada. Bajo estas condiciones se puede tomar una decisión sensata de aplicar o no la vacuna de BCG al producto al nacimiento. La NOM recomienda aplicarla incluso a niños infectados con VIH asintomáticos, o bien esperar hasta conocer su estado inmunológico. Por lo tanto, el principal esfuerzo debe centrarse en evitar la transmisión horizontal y vertical del VIH, y por supuesto en conocer el estado serológico de todas las embarazadas.

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2011-03-07   |   583 visitas   |   1 valoraciones

Vol. 31 Núm.1. Enero-Marzo 2011 Pags. 5 Enf Inf Microbiol 2011; 31(1)